Es realmente difícil explicar de forma adecuada la ciencia en el espacio de una publicación de Facebook o incluso en una noticia de dos minutos en la televisión. Cuando las explicaciones se acortan, la información puede resultar incorrecta. Como resultado, hay muchos mitos sobre el sueño que han circulado ampliamente y en los que mucha gente cree. Aclaremos algunos de ellos.
Mito derribado: uno de los mitos más comunes que escuchamos sobre el sueño es que hay que alcanzar una cifra determinada. Para los adultos, esa cifra suele ser de siete u ocho horas. Aunque muchos adultos pueden necesitar de siete a ocho horas de sueño por noche, completamente falso que todos los adultos necesiten esa cantidad. Consulte la sección “¿Cuánto sueño necesita mi hijo?” para obtener más información.
Mito derribado: la cantidad de sueño de su hijo es importante, pero no lo es todo. La calidad de su sueño es igual de importante. Piense en su dieta: a nadie se le ocurriría decir que su hijo simplemente necesita comer más alimentos para estar sano. Debe comer la cantidad adecuada de alimentos nutritivos y de calidad.
Mito derribado: los ronquidos leves y ocasionales no suelen ser motivo de preocupación. Sin embargo, si su hijo ronca fuerte y lo hace varias noches a la semana, puede ser algo que deba comentar con su equipo médico. Esto puede ser una señal de apnea del sueño, que es un trastorno del sueño que impide que su hijo reciba el oxígeno que su cuerpo necesita. La evaluación de la apnea del sueño en niños suele incluir un estudio del sueño, que es una forma no invasiva de conocer sus patrones respiratorios nocturnos. le dará una idea de cómo es un estudio del sueño.
Mito derribado: la tentación de darle al botón de repetición de alarma es comprensible, sobre todo si su hijo no ha pasado una buena noche de sueño. Sin embargo, es poco probable que les proporcione un buen sueño. En cambio, les proporciona un sueño entrecortado que no es tan reparador. En lugar de darle al botón de repetición, planifique una actividad matutina que sea agradable para la familia y que les ayude a todos a superar ese mal trago matutino.
Mito derribado: ese tiempo extra que pasa en la cama, a menudo intentando conciliar el sueño, le enseña a su cuerpo un mal hábito. En lugar de ayudar, envía la señal de que dormir requiere esfuerzo y por desgracia, cuanto más se esfuerce su hijo por dormirse, más frustrado se sentirá y menos probabilidades tendrá de conciliar el sueño. En lugar de condicionar su cuerpo y su mente a asociar la frustración con el sueño, es mejor que se dedique a una actividad tranquila y calmante fuera de la cama durante 30 minutos más o menos y que vuelva a su cama si siente que es capaz de conciliar el sueño.